* isabel caccia
Desde hace unos años cultivo plantas que crecen atadas a las jaulas de tender la ropa en la terraza de mi edificio.
El espacio es bastante inhóspito por lo que después de cada viaje solamente resisten cactus, aloes y algunos yuyos.
Cada día subo una o dos veces a humedecer la tierra y me encierro en la jaula. Intento incorporar en los poros los aromas, nutrir los ojos y calmar las angustias.
Veo el humo negro que deja sus huellas sobre mi piel cuando me quito la ropa luego de caminar la ciudad.
Crece un deseo que abarca el tiempo: Los techos de Córdoba vistos por aves: verdes espesos en diversas densidades del puro espacio que habitamos.
Es el principio de un proyecto utópico a la vez que vital; una idea que incluye principios ecológicos, imitando los mecanismos de equilibrio que utiliza la naturaleza.
Provocar el apetito por la vida